Martes de la III Semana de Pascua
La gente sigue pidiendo a Jesús
un gesto… algo que sustente el seguimiento. Piden alimento, como en el Antiguo
Testamento, en el desierto recibieron de Moisés el alimento diario. Pero Jesús
transciende lo material y él mismo se ofrece como alimento verdadero. El Señor
nos pide una adhesión personal a él.
Juan 6, 30-35
En aquel tiempo, en gentío dijo a
Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que
veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en
el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».
Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no
fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el
verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da
vida al mundo».
Entonces le dijeron:
«Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».
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