Martes de la XVII Semana del Tiempo Ordinario
El bien y el mal no han dejado
de coexistir nunca. Forman parte de la esencia de la vida. Nosotros decidimos.
La fe es un instrumento esencial para el discernimiento, en consecuencia para
una conducta adecuada que nos ayude a ser buenos cristianos y buenos ciudadanos.
Mateo
13, 36-43
En aquel tiempo, Jesús dejó a
la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron
a decirle:
«Acláranos la parábola de la
cizaña en el campo».
Él les contestó:
«El que siembra la buena
semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los
ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que
la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los
ángeles.
Lo mismo que se arranca la
cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos: el Hijo del hombre
enviará a sus ángeles y arrancarán de su reino todos los escándalos y a todos
los que obran iniquidad, y los arrojarán al horno de fuego; allí será el llanto
y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino
de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».
No hay comentarios:
Publicar un comentario