Viernes de la XXIII Semana del Tiempo Ordinario
Si una actitud nos hace ser hombres y mujeres de Dios es la humildad. Frente al orgullo y la soberbia, la humildad nos pone frente al espejo, pero también frente a nuestros hermanos. La humildad nos ayuda a empatizar con nuestros semejantes y nos ayuda a servir al evangelio estando atentos a los más necesitados. Nos ayuda a no ponernos como criterio de los demás. El Evangelio es nuestro criterio.
Lucas 6, 39-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola:
«¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?
No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como un maestro.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Hermano, déjame que te saque la mota del ojo", sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano».
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