Sábado de la XXV Semana del Tiempo Ordinario
Nos cuesta aceptar que el fracaso, la cruz pueda ser un modo para llevar a la plenitud. Pero no existe el camino sin piedras. La incomprensión, el rechazo y la indiferencia son una parte esencial de nuestro peregrinar.
Lucas 9, 43b-45
En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
«Meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».
Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido.
Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.
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