San Andrés Kim Taegon y San Pablo Chong Hasang
Lunes de la XXV Semana del Tiempo
Ordinario
El
Evangelio se extiende destinado a todos los hombres y mujeres de todos los
lugares. No tiene límites. Ocultarlo entre muros, templos y sacristías no es lo
que Dios nos pide.
Lucas 8, 16-18
En
aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Nadie
ha encendido una lámpara, la tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama;
sino que la pone en el candelero para que los que entren vean la luz.
Pues
nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a
saberse y hacerse público.
Mirad,
pues, cómo oís, al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta
lo que cree tener».
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