Fieles Difuntos
Martes de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario
No es extraño entender que el ser humano se encuentre constantemente inmerso en dudas. Nuestra propia existencia es una contradicción. Pero precisamente por ello estamos necesitados de sentido. Es preciso que dotemos a nuestro ser y quehacer de argumentos de unidad. Es necesario llenar nuestra vida de motivos. Jesús nos hace su propuesta. ¿Quieres ser feliz? “él es el camino, la verdad y la vida”.
Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no; os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».
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