miércoles, 17 de noviembre de 2021

Negociad mientras vuelvo...

Santa Isabel de Hungría 

Miércoles de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario

Todos hemos recibido un tesoro prestado que debemos poner a disposición de los demás. Dar frutos es hacer que nuestros talentos, nuestras cualidades estén al servicio de los demás. Enterrar nuestros dones en nuestro egoísmo y la inacción nos conducen al vacío. Lo que hemos recibido gratis lo ponemos al servicio del Reino en gratuidad.


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Lucas 19, 11-28

En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.

Dijo, pues:

«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.

Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:

"Negociad mientras vuelvo".

Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:

"No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros".

Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.

El primero se presentó y dijo:

"Señor, tu mina ha producido diez".

Él le dijo:

"Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades".

El segundo llegó y dijo:

"Tu mina, señor, ha rendido cinco".

A ese le dijo también:

"Pues toma tú el mando de cinco ciudades".

El otro llegó y dijo:

"Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, porque eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado".

Él le dijo:

"Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses".

Entonces dijo a los presentes:

"Quitadle a éste la mina y dádsela al que tiene diez minas".

Le dijeron:

"Señor, si ya tiene diez minas".

"Os digo: al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia"».

Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

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