martes, 23 de noviembre de 2021

El arte de esperar...

Martes de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario

La llegada inminente del final de los tiempos era una preocupación en las primeras comunidades cristianas. Y todas ellas corrían dos riesgos: esperar sentados a que llegase el tiempo agobiados por la presencia de gestos que actuasen como síntomas; y actuar con excesivo voluntarismo. La actitud correcta es siempre la fe y la prudencia, la espera activa, el don y la tarea. En esa dinámica se mueve la vida del creyente que siembra la llegada del reino con signos concretos de fe y esperanza.


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Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:

«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron:

«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él dijo:

«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "Esta llegando el tiempo"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el final no será enseguida».

Entonces les decía:

«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambre y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

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