lunes, 14 de octubre de 2019

Capricho o signo de los tiempos...


El seguimiento estricto de la norma, abogar por su rigidez acaba cerrando el corazón humano y confundiendo los sentidos. Tenemos los signos delante y seguimos esperando los extraordinarios rastros de los astros. Pero Dios nos habla en lo sencillo, en el encuentro con el otro, en lo cotidiano… Ahí se revela Dios. Y de una manera especial en el encuentro con el Hijo. ¿O es que esperamos un signo a nuestra medida?

Lc 11,29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús y él se puso a decirles:
-Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del Hombre para esta generación.
Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada esa generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.

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