Anunciar a Jesús, ser testigos
del evangelio, ejercer la misión recibida en el bautismo no es una tarea fácil,
pero si se asienta en una cimentación fuerte no hay nada que temer. Somos
mensajeros de vida…
Lc 12,8-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
-Si uno se pone de mi parte ante
los hombres, también el Hijo del Hombre se pondrá de su parte ante los ángeles
de Dios.
Y si uno me reniega ante los
hombres, lo renegarán a él ante los ángeles de Dios.
Al que hable contra el Hijo del
Hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no
se le perdonará.
Cuando os conduzcan a la
sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que
vais a decir, o de cómo os vais a defender.
Porque el Espíritu Santo os
enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.
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