Santos Ángeles Custodios
El discípulo que recorre el
camino recibirá aplausos… seguro. La palabra del discípulo es atractiva y no
deja a nadie indiferente, porque viene de Dios. Pero a veces podemos creer que
es nuestra palabra la que recibe los aplausos y menospreciar a los más
pequeños. Por eso es bueno mantenerse fiel a la Palabra recibida. La clave no
está en ser el mayor, sino el más pequeño. Es servir a los demás y en ellos al
Reino.
Mt 18,1-5.10
En cierta ocasión, los discípulos
se acercaron a Jesús y le preguntaron:
«¿Quién es más grande en el Reino
de los cielos?»
Jesús llamó a un niño, lo puso en
medio de ellos y les dijo: «Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se
hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se
haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y
el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí.
Cuidado con despreciar a uno de
estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven
continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo».
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