jueves, 10 de junio de 2021

Primero reconcíliate...

 Jueves de la X Semana del Tiempo Ordinario

La norma del amor que el Señor llevó hasta el extremo en la cruz, tiene sus consecuencias en nuestra vida diaria. Amar al amigo es fácil. Querer al que nos incordia, al que piensa diferente, al que no hace lo que nosotros queremos que haga ya no es lo mismo. Eso es lo que nos cuesta, y es en esos momentos en los que se pone en juego nuestra dinámica del amor. La coherencia evangélica cuesta, pero la recompensa es muy grande. El cristiano siente la plenitud cuando ama y en el altar se produce la comunión plena con el amor que Dios nos tiene.


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Mateo 5, 20-26

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si nuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será reo de juicio.

Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena de la “gehenna” del fuego.

Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

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