San Justino, Mártir
Martes de la IX Semana del Tiempo Ordinario
Es fácil caer en la tentación de
usar el evangelio a nuestro antojo. Poner a Dios de nuestro lado, manejarlo a
nuestro capricho no es conocer a Dios. Dios se nos ha dado a conocer a través
de su Hijo que nos ha revelado su verdadero rostro. Esa es la clave para
conocer y reconocer a Dios, entender que Dios es amor, que se nos da
gratuitamente, pero que no podemos manejarlo a nuestro capricho.
Marcos 12, 13-17
En aquel tiempo, enviaron a Jesús
algunos de los fariseos y de los herodianos, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron:
«Maestro, sabemos que eres veraz
y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que
enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al
César o no? ¿Pagamos o no pagamos?».
Adivinando su hipocresía, les
replicó:
« ¿Por qué me tentáis? Traedme un
denario, que lo vea».
Se lo trajeron. Y él les
preguntó:
«¿De quién es esta imagen y esta
inscripción?».
Le contestaron:
«Del César».
Jesús les replicó:
«Dad al César lo que es del César
y a Dios lo que es de Dios».
Y se quedaron admirados.
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