Martes de la XII Semana del Tiempo Ordinario
Dice el título de un libro que
Dios escribo recto con renglones torcidos. Y nosotros pensamos que los atajos
son el mejor camino. Quizá sea un camino rápido, pero ni verdadero ni mejor. El
camino que Dios nos propone tiene un final prometedor, pero como todo camino,
también tiene obstáculos, tiene cruces. Renunciar a las cruces es elegir lo
fácil, ni lo mejor ni lo que nos llena.
Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«No deis lo santo a los perros,
ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus
patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis
que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la
Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha.
Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué
angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos».
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