Jueves de la IX Semana del Tiempo Ordinario
El primer mandamiento es el amor. Es la razón del misterio
de Dios. Porque Dios mismo es amor. Lo difícil es llevar a lo cotidiano ese
amor que Dios nos tiene y aplicar sus consecuencias. El amor es un camino que
se construye mirando a nuestro interior, a Dios y a nuestro alrededor.
Mc 12,28b-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le
preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios,
es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente, con todo tu ser». El segundo es este: «Amarás a tu
prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que
el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el
corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a
uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
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