viernes, 16 de febrero de 2024

Entonces ayunarán...

 Viernes después de Ceniza

En medio de la sociedad de la abundancia y del hambre, del desigual reparto de los recursos y de las oportunidades, oímos la palabra ayuno. Lo que para unos es una obligación para otros es una celebración semifestiva. Y sí, el ayuno es una de las formas que la Iglesia nos propone en la cuaresma para acercarnos más al Señor. Un ayuno que no queda en la renuncia a comer carne, sino que tiene que ayudarnos a transformar nuestro corazón y nuestros compromisos. Renunciar a bienes, a tiempos para dedicarlo en exclusiva a los apartados por la pobreza y la desigualdad. Que ese sea nuestro ayuno.


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Mt 9,14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:

«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».

Jesús les dijo:

«¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán».

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