jueves, 8 de febrero de 2024

La mujer era pagana...

Jueves de la V Semana del T.O.

Tras el intento constante de anunciar la buena nueva al pueblo elegido por Dios desde Abrahán, Jesús se retiró a la región de Tiro. Es decir, decidió dirigir su anuncio a aquellos que no habían sido “inicialmente elegidos”. Pero resulta que el Dios de Jesucristo no es exclusivo de judíos, y parece ser que tampoco de católicos, por muy religiosos que nos consideremos. Era mujer y pagana. El Evangelio no conoce más fronteras que el no de los hombres y mujeres, sean de donde sean. Pero si hay un sí, allí la Palabra del Señor germina.


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Mc 7,24-30

En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro.

Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.

Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró enseguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies.

La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.

Él le dijo:

«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».

Pero ella replicó:

«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».

Él le contestó:

«Anda, vete, que por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».

Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.

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