jueves, 27 de septiembre de 2018

El irrenunciable deseo de ver y conocer...


El ser humano siempre se hace preguntas, le inquieta lo que ocurre y se maravilla ente lo extraordinario. A pesar de haber ordenado la muerte de Juan, Herodes siente en su interior cómo las preguntas le inquietan. Nosotros también dudamos, nos inquietamos… Incluso el intento de acallar nuestro interior resulta inútil. Seguimos sintiendo el deseo de ver…



Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo,
el tetrarca Herodes se enteró de lo que pasaba y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros en cambio, que había aparecido Elías, y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Herodes se decía: “A Juan lo mandé decapitar yo. ¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?” Y tenía ganas de verlo.

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