viernes, 21 de septiembre de 2018

Son los enfermos los que necesitan un médico...


Los ojos de Dios se fijan en quien los ojos de los hombres ni se detienen. Dios ve en lo escondido, elige a quien libremente quiere. Sus criterios no son los nuestros. Por eso la llamada de Dios es tan potente y tan inquietante, nadie permanece impasible ante su Palabra. Ante la llamada de Dios, ¿cómo reacciono?



Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo,
al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”.
Él se levantó y lo siguió. Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: “¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?”
Jesús lo oyó y dijo: “No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa Misericordia quiero y no sacrificio: que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores.

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