En este tiempo de cuaresma, no de manera exclusiva, la Iglesia llama a la Conversión, al cambio de vida. Un aspecto fundamental de nuestra vida de creyentes es acercarnos con humildad a recibir el sacramento de la Penitencia. Todos los sacramentos son una muestra inequívoca del amor que Dios nos tiene; pero la Penitencia es, de manera especial, el sacramento del amor del Padre.
En el perdón va la gracia del amor, la experiencia de sentirse acogido, reconfortado y fortalecido en la vida de fe, al tiempo que su fuerza transformadora acerca nuestra vida a la del resucitado. Solo quien se siente profundamente perdonado es capaz de llevar a su vida el perdón como una forma de ser y estar en nuestra sociedad.
Os ofrecemos dos materiales a propósito de este sacramento. Por un lado tenéis unas orientaciones sobre el sacramento de la Penitencia, significado y forma de celebrarse. Por otro tenéis una oración-meditación que nos ayude a prepararnos para recibir el perdón de Dios Padre. Que la intimidad de estar en casa nos ayude a profundizar en este sacramento.
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