Lunes de la X
Semana del Tiempo Ordinario
Si comparamos la propuesta que nos hace el Evangelio
de hoy como camino para la felicidad con las propuestas que nuestra sociedad
nos manda cada día encontraremos enormes diferencias. Mientras los mensajes de
la sociedad se encaminan a la satisfacción inmediata de “necesidades” materiales
y consumo por consumo, el Evangelio nos propone un camino en el que lo
importante es llenar el corazón del hombre, completar esos vacíos de sentido
que la vida nos plantea cada día. En nuestras manos está elegir.
Mateo 5, 1-12
En aquel tiempo, al ver Jesús el
gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y,
abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en el
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque
ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran porque
ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre
y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán la misericordia.
Bienaventurados los limpios de
corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por
la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os
insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos
y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la
misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».
No hay comentarios:
Publicar un comentario