miércoles, 3 de junio de 2020

Estáis muy equivocados...


San Carlos Luanga y compañeros mártires. Miércoles de la IX Semana del Tiempo Ordinario
En esta ocasión son los saduceos quienes intentar acercarse a Jesús, pero del mismo modo. Los saduceos quieren escuchar de boca de Jesús aquello que justifique sus posicionamientos. No se acercan con sinceridad ni buscando la verdad. No debería resultarnos extraña esta actitud. Hoy es muy fácil prestar nuestro oído a aquellos que nos lo halagan, aquellos que nos confirman en nuestras posiciones. Es tentador, incluso, buscar en el Evangelio aquello que justifique nuestra forma de ser creyentes. Pero ¿es eso buscar la verdad? El evangelio debería ayudarnos a ponernos delante del espejo

Marcos 12, 18-27
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntan:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”.
Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.
Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».
Jesús les respondió:
«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.
Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».

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