Sábado de la I Semana de Cuaresma
Amar al estilo que entendían los judíos contemporáneos
de Jesús no era tan complicado. Amabas al vecino y lo respetabas. A los
miembros de tu mismo grupo. A los más cercanos a tus formas se sentir y pensar.
Amar al estilo de Dios ya es otra cosa. Pero, detengámonos un momento. En estos
tiempos de polarización de odio entre tinieblas, de enfrentamientos
ideológicos, ¿no necesitamos también nosotros dejarnos convertir por este amor
que Dios nos regala y nos propone? ¿Acaso no tenemos la tentación de amar y
respetar solo a aquellos que sienten y piensan como nosotros? ¿Es ese el amor
que hemos recibido de Dios?
Reza Laudes en tu dispositivo
Mateo 5, 43-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu
prójimo" y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos, y rezad por
los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace
salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio
tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a
vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también
los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es
perfecto».
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