Jueves de la I Semana de Cuaresma
El ser humano es un ser en continua búsqueda. Somos
así. El Señor sale a nuestro encuentro y nos espera, pero nuestra libertad
tiene que dar el paso. La propuesta de Jesús es la filiación íntima con Dios. Y
nos presenta tres verbos para que se reafirme nuestra confianza: pedir, llamar
y buscar. ¿Por qué rendirnos antes de empezar el camino? La propuesta cuaresmal
es un camino de búsqueda interior en el que nos reencontremos con nosotros
mismo y seamos capaces de vislumbrar el papel de Dios en nuestra propia vida.
Una vida que se siente comprometida más allá de la íntima relación con Dios a
buscar un comportamiento coherente con los demás.
Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y
se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que
llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará
una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros,
aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con
vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas».
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