Lunes de la VI Semana del Tiempo Ordinario
Solo cuando uno se cree perfecto no es capaz de abrir
los sentidos para percibir la verdad. Esa es la raíz de los fundamentalismos.
Negarse al diálogo, a conocer y esperar en el otro. ¡Cómo para confiar! Los
cristianos seguimos teniendo la tentación de pensar que nos movemos en una
certeza absoluta, pero nuestra fe debe pasar por filtros. Y no tenemos mejor
filtro que la Palabra de Dios.
Marcos 8,
11-13
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se
pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del
cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad
os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra
orilla.
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