San Pablo Miki y compañeros mártires
Sábado de la IV Semana del Tiempo Ordinario
Tras la primera misión de los discípulos, Jesús los
recibe con los brazos abiertos. Los escucha y reconforta, pero no quiere que se
queden en triunfalismo. La misión crece lenta, como la levadura que fermenta.
Los requisitos imprescindibles deben permanecer, la compasión y la
misericordia.
Marcos 6,
30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse
con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo:
«Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar
un poco».
Porque eran tantos los que iban y venían, que no
encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a solas a un lugar desierto.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron;
entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les
adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ellos,
porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas
cosas.
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