San Carlos Borromeo, Obispo
Lunes de la XXXI Semana del T.O.
Nos gusta rodearnos de nuestra
familia y amigos para celebrar cualquier acontecimiento significativo en
nuestra vida. Y eso es importante. Pero pensemos que los cristianos formamos
una nueva familia en la que no todos pensamos igual ni sentimos igual ni
siquiera hacemos las mismas cosas. Eso nos arrastra a descubrir las
diferencias, pero es que en el banquete al que Dios nos invita cabemos todos.
Para pensarlo, ¿verdad?
Lc 14,12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a uno
a de los principales fariseos que lo había invitado:
«Cuando des una comida o una
cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los
vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado.
Cuando des un banquete, invita a
pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden
pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».
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