sábado, 13 de octubre de 2018

Bienaventurados los que escuchan...


Jesús no quiere que se desvíe la centralidad de su misión, por eso ante los halagos sabe devolver el agua a su cauce. En el momento actual, con tantas luces alrededor, es posible que nos dejemos impresionar y no sepamos devolver a Jesús a la centralidad de nuestra propia vida.
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Lucas 11, 27-28
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.
Pero él dijo: Mejor, bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.

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