La dureza del corazón del hombre
se aleja de la libertad y el amor que Dios nos dedica. Mientras el criterio de
Dios para actuar con nosotros es el amor y la libertad, nosotros seguimos
empeñados en imponernos normas que se alejan y nos separan de la voluntad de
Dios. Por eso conviene recordar que el principio de los mandamientos es el
amor. Su incumplimiento es actuar sin amor. Y nada más puro que el amor de los
niños. Por eso Jesús los acoge y muestra el camino de la construcción del
verdadero Reino de Dios.
Haz "click" en la imagen y ora con toda la Iglesia
Marcos 10, 2-16
En aquel tiempo, acercándose unos
fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba: ¿Le es lícito al hombre
repudiar a su mujer?
Él les replicó: ¿Qué os ha
mandado Moisés?
Contestaron: Moisés permitió
escribir el acta de divorcio y repudiarla.
Jesús les dijo: Por la dureza de
vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la
creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a
su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no
son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el
hombre.
En casa, los discípulos volvieron
a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: Si uno se repudia a su mujer y se
casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su
marido y se casa con otro, comete adulterio.
Acercaban a Jesús niños para que
los tocara, pero los discípulos los regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les
dijo: Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que
son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el
reino de Dios como un niño, no entrará en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario