Los cristianos vivimos en la misma sociedad que el resto de
nuestros semejantes. Precisamente por ello tenemos la tentación de hacer y ser
como el resto. Sin embargo, nuestras prioridades están configuradas por nuestra
fe. Ello nos diferencia. Esperamos y luchamos por hacer presente el Reino, una
nueva forma de ser, estar y actuar. Este testimonio puede hacer que sintamos como conflicto las contradicciones del mundo, pero nos convierten en semillas del Reino.
Jn 15,18-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes
que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero
como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso
el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: "No es el siervo más que su
amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han
guardado mi palabra, también guardarán la vuestra." Y todo eso lo harán
con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.»
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