El Espíritu Santo es Espíritu de Verdad. Es garantía de que
el mensaje y la vida de Jesús continúan presentes en la vida de los primeros
creyentes y en la vida de la Iglesia hasta hoy. Cada día la Iglesia necesita de
ese Espíritu que la ayude a renovar siempre la verdad asentada en el recuerdo y
la actualización de la vida de Cristo, entregada por amor a los hombres.
Jn 15,26-16,4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- «Cuando venga el Defensor, que os enviaré desde el Padre,
el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y
también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no tambaleéis. Os
excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os
dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido
ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os
acordéis de que yo os lo había dicho.»
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