La vida de San Gregorio
Nacianceno tiene un notable paralelismo con la de San Basilio. Gregorio era
también de la región de Capadocia, y se le llama Nacianceno por haber nacido
junto a Nacianzo, el mismo año que Basilio. Estudiaron juntos en Atenas, fue
también monje y más tarde es nombrado patriarca de Constantinopla.
Sus vidas, además de paralelas,
son también complementarias. Basilio es más activo y emprendedor. Gregorio
tenía más marcada afición al estudio, a la poesía y a la oración. Por eso renuncia
a su sede y vuelve a su pueblo natal, para dedicarse sobre todo a la oración y
a sus escritos teológicos, lejos del mundanal ruido. Murió el año 389, diez
años más tarde que Basilio. Fue llamado el teólogo, por su rica doctrina y su
elocuencia.
Como Gregorio le sobrevivió,
escribió un elocuente sermón en alabanza de Basilio, en el que resalta la
hondura, la fecundidad y calidad de su mutua amistad. "Nos movía un mismo
deseo de saber, actitud que suele ocasionar profundas envidias, y sin embargo
carecíamos de envidia. En cambio teníamos en gran aprecio la emulación.
Contendíamos entre nosotros, no para ver quién era el primero, sino para
averiguar quién cedía al otro la primacía. Cada uno de nosotros consideraba la
gloria del otro como propia".
"Una sola tarea y afán había
para ambos, y era la virtud, así como vivir para las esperanzas futuras, de tal
modo que, aun antes de haber partido de esta vida, pudiese decirse que habíamos
emigrado ya de ella. Ese fue el ideal que nos propusimos, y así tratábamos de
dirigir nuestra vida y todas nuestras acciones, dóciles a la dirección del
mandato divino, acuciándonos mutuamente en el empeño de la virtud. Y, a no ser
que decir esto vaya a parecer arrogante en exceso, éramos el uno para el otro
la norma y regla con la que se discierne lo recto de lo torcido".
No hay comentarios:
Publicar un comentario