Sábado de la
VII Semana de Pascua
La pregunta del Pedro al Señor muestra la pluralidad y
la riqueza de una Iglesia que permanece en el tiempo llevando a cabo la misión
encomendada, anunciar a todos el Reino de Dios. No cabe una única forma de ser
y estar en la Iglesia. Unidos, como ha insistido el Evangelio en la última
semana, todos, desde nuestra singularidad hacemos crecer el Reino.
Juan 21, 20-25
En aquel tiempo, Pedro, volviéndose,
vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se
había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va
a entregar?».
Os enviaré el Espíritu de la verdad -
dice el Señor -;
él os guiará hasta la verdad plena.
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
«Señor, y este ¿qué?».
Jesús le contesta:
«Si quiero que se quede hasta que yo
venga, ¿a ti qué? Tú sígueme».
Entonces se empezó a correr entre los
hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no
moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?».
Este es el discípulo que da
testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio
es verdadero.
Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se
escribieran una por una, pienso que ni el mundo entero podría contener los
libros que habría que escribir.
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