domingo, 24 de mayo de 2020

Hombres y mujeres...


Domingo de la Ascensión del Señor
La esperanza cristiana no se asienta en la espera paciente en el sofá de casa a que el Señor vuelva e instaure el Reinado de Dios. Lejos de esta espera pasiva, Dios nos propone una postura proactiva. Hombres y mujeres convencidos de la misión recibida en el bautismo que se adentran en el misterio de la vida humana para transformarla. Hombres y mujeres reformados por el amor que no dudan en poner en el centro de sus vidas el Evangelio. Hombres y mujeres que mantienen el legado recibido como un don. Hombres y mujeres cercanos a las necesidades de los más vulnerables, pues los pobres fueron, son y serán la opción preferencial del Señor. ¿Dónde estoy yo?

Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin de los tiempos».

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