viernes, 8 de mayo de 2020

Nada te turbe...


Viernes de la IV Semana de Pascua
No se turbe vuestro corazón, dice el Señor. A pesar de la dificultad, de la aparente ausencia del Resucitado, el cristiano debe mantener la esperanza. Pero no es una esperanza pasiva, de sofá y pantalla. ¡No! La Esperanza del creyente radica en una actitud proactiva, motivada por la fe y la adhesión personal a Cristo.

Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

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