sábado, 9 de mayo de 2020

Tanto tiempo con vosotros y ¿no me conocéis?


Sábado de la IV Semana de Pascua
Resulta inseparable Jesucristo del Padre. En él vemos todas las características de Dios y nos muestra un retrato completamente distinto a lo que nosotros proyectamos. Pretendemos, en muchas ocasiones, hacer un Dios a nuestra conveniencia. Un Dios que acceda a nuestras demandas.

Juan 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

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