San Juan de Ávila
Lunes de la VI Semana de Pascua
El testimonio no es un acto del
cristiano que se ciñe a los momentos felices de la vida. El testimonio del
discípulo es en todo tiempo y adquiere un valor esencial en tiempos de
dificultad. La valentía, la confianza y la búsqueda de la verdad serán las cualidades
del testigo, que no estará solo, Dios siempre está al lado del testigo. Y no se trata de ir a la búsqueda del peligro, sino de dar testimonio en la realidad que vive cada discípulo.
Juan 15, 26-16, 4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que
os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él
dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el
principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que
no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso
una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo
harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que,
cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».
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