Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
Jueves de la VIII Semana del Tiempo Ordinario
Jesús anuncia que será entregado.
Jesús sustituye al Cordero Pascual. La fiesta de Pascua tiene un nuevo sentido.
La antigua alianza entre Dios y su pueblo se renueva en su Hijo y se extiende a
toda la humanidad. Alianza que se convierte en compromiso que nos empuja a ser
testigos.
Marcos 14, 12a. 22-25
El primer día de los Ácimos,
cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y
pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
«Tomad, esto es mi cuerpo».
Después tomó el cáliz, pronunció
la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza,
que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto
de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
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