San Pablo VI
Sábado de la VIII Semana del Tiempo Ordinario
La autoridad de Jesús al hablar y
hacer no está en entredicho, es un hecho reconocido. Sin embargo, los que
preguntan buscan dobles intenciones. No se acercan a Jesús a la búsqueda de la
verdad, sino que esconden su propósito. Por eso la respuesta de Jesús es el
silencio. Pero, y nosotros ¿cómo nos acercamos al Señor?
Marcos 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y los
discípulos volvieron a Jerusalén y, mientras paseaba por el templo, se le
acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos y le preguntaron:
«¿Con qué autoridad haces esto?
¿Quién te ha dado semejante autoridad?».
Jesús les respondió:
«Os voy a hacer una pregunta y,
si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto: El bautismo de Juan ¿era
cosa de Dios o de los hombres? Contestadme».
Se pusieron a deliberar:
«Si decimos que es de Dios, dirá:
"¿Y por qué no le habéis creído?" Pero como digamos que es de los
hombres ... ».
(Temían a la gente, porque todo
el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta).
Y respondieron a Jesús:
«No sabemos».
Jesús les replicó:
«Pues tampoco yo os digo con qué
autoridad hago esto».
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